La impulsividad psicológica
jueves, mayo 11, 2023La impulsividad psicológica puede definirse como la tendencia a actuar por impulso sin reflexionar demasiado acerca de las consecuencias de nuestras acciones.
Se caracteriza por:
Tomar decisiones rápidas basadas en sensaciones internas o estímulos externos sin preocuparse por evaluar alternativas a largo plazo y sin tener en cuenta las consecuencias.
Realizar acciones repetitivamente sin pensar en los resultados negativos que han ocurrido en el pasado.
Alto nivel de excitación emocional que limita el razonamiento lógico.
La impulsividad está relacionada con la baja regulación de las emociones y los impulsos. Las personas con alta impulsividad suelen mostrar comportamientos de riesgo como: jugar en exceso, conducir de forma temeraria, consumo excesivo de alcohol u otras sustancias.
Algunas consecuencias de los comportamientos impulsivos son:
Consecuencias psicológicas: Baja autoestima, culpa, ansiedad, depresión, problemas de atención e hiperactividad.
Consecuencias relacionales: Dificultades en las relaciones interpersonales, falta de empatía, problemas de comunicación, altos niveles de conflicto.
Consecuencias laborales: Baja productividad, problemas para cumplir con las tareas, dificultades para llevar a cabo proyectos a largo plazo, falta de concentración.
Consecuencias emocionales: Inestabilidad emocional, dificultad para regular las emociones, baja tolerancia a la frustración, estrés.
Consecuencias de salud: Mayor riesgo de sufrir accidentes, padecimientos físicos derivados de hábitos poco saludables como el consumo de sustancias, la alimentación desequilibrada, el sedentarismo.
Sufrimiento propio y de los demás: Los comportamientos impulsivos suelen generar sufrimiento tanto en la propia persona como en las personas de su entorno. Pueden perjudicar las relaciones personales, laborales y sociales.
Por eso es tan importante abordar la impulsividad desde una perspectiva terapéutica para mejorar la calidad de vida.
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