Lógica mimética del advenimiento del yo (moi)
martes, octubre 07, 2014
«Evidentemente, sólo soy como cualquier otro:
lógica mimética del advenimiento del yo (moi),
de los objetos y de los signos. Pero cuando (me) busco, (me) pierdo o gozo
entonces "yo" es heterogéneo.
Molestia, malestar, vértigo de esa ambigüedad que, con la violencia de una rebelión contra, delimita un espacio a partir del cual surgen signos, objetos. Así retorcido, tejido, ambivalente, un flujo heterogéneo recorta un territorio del que puedo decir que es mío porque el Otro, habiéndome habitado como alter ego, me lo indica por medio de la repugnancia.
Alterado. Sólo experimento abyección cuando un Otro se instala en el lugar de lo que será "yo"(moi). No un otro con el que me identifico y al que incorporo, sino
un Otro que precede y me posee, y que me hace ser en virtud de dicha posesión.»
«Si en virtud de este Otro se delimita un espacio que separa lo abyecto de aquello que será un sujeto y sus objetos, es porque se opera una represión a la que podría llamarse "primaria" antes del surgimiento del yo (moi), de sus objetos y de sus representaciones. Estos, a su vez, tributarios de otra represión, "secundaria", recién llegan a posteriori sobre un fundamento ya marcado, enigmático, y cuyo recuerdo fóbico, obsesivo, psicótico, o, de una manera mas general e imaginaria, bajo la forma de abyección, nos significa los límites del universo humano.
En este límite, y en última instancia, se podría decir que no hay inconsciente, el cual se construye cuando representaciones y afectos (ligados o no a aquellas) construyen una lógica. Aquí, por el contrario, la conciencia no se hizo cargo de sus derechos para transformar en significantes las demarcaciones fluidas de los territorios aún inestables donde un "yo" en formación no cesa de extraviarse. Ya no estamos en la órbita del inconsciente sino en el límite de la represión primaria que sin embargo encontró una marca intrínsecamente corporal y ya significante, síntoma y signo: la repugnancia, el asco, la abyección. Efervescencia del objeto y del signo que no son de deseo, sino de una significancia intolerable y que, si bien se balancean entre el no sentido y lo real imposible, se presentan a pesar de "yo"(moi) (que no es) como abyección.»
Julia Kristeva
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